jueves, 1 de mayo de 2014

50 años de Alternativa



Despues del sibilino miedo de la espera, cuando el torero a solas libra la batalla decisiva para afrontar con entereza la que luego le aguarda en el ruedo; una vez enfundado el traje grana y oro de los sueños, compañero de guiños y penumbras, y ahora uniforme de gala y ceremonia; dentro ya de la plaza convertida en catedral de luz, florecida de mujeres hermosas, aromada de habanos y alegría; saludado que se ha a los compañeros de terna: a Litri, padrino de la investidura, que viene de reaparecer y atronar con su traca fallera, y al testigo, Joselito Huerta, que vuelve a España tras siete años de quedarse al otro lado del océano; llegado el momento en que se abre el portón de cuadrillas y una lengua de sol semiciega los ojos toreros y pone el corazón a palpitar y saca chispas de las lentejuelas que bordan los vestidos y las ilusiones, comienza -¡suerte p'a todos!- la anhelada hora de la magia. 

El próximo día 1 de mayo se cumplirán cincuenta años de la anterior escena: Luis Parra, Jerezano, inauguraba en su tierra las corridas de feria de 1964 logrando el sueño, tantas veces ansiado, tanto y más peleado, tanto y tanto sufrido: tomar la alternativa de matador de toros. 

En el catavino de estas Bodas de Oro… ¡cuántos recuerdos que paladear! Aquel "Insensato", marcado con el 96 y el pial de Bohórquez, de negra condición como su capa, que no quiso colaborar con el momento. La cesión de trastos, inolvidable; las palabras de aliento, el buen abrazo. Aquel volapié sin trampa ni cartón -¡ya soy matador de toros!-, dando con la cara en el morrillo a cambio de la voltereta que abría en la taleguilla la puerta que, por fortuna, no consiguió en la carne. La tarde cuesta arriba, generosa de orejas para los compañeros y vacía para él cuando saltaba el sexto. Y el triunfo, la casta, la alegría de vivir muriéndose en el arte. Y el toro sin puntilla. Las orejas. El rabo. Apoteosis. Y Jerezano, junto a sus compañeros, a hombros de la gloria por la Puerta Grande. 

¡Qué caravana de nostalgias no habrá de traerle estos recuerdos! La felicitación de Antonio Ordóñez, que lo ayudaba. El reto bien resuelto de su prontísima confirmación en Madrid, veintiocho días más tarde. Y el triunfo grande al día siguiente, en la misma arena venteña, que le valió una oreja cabal, ganada a ley, ante "Gitano", todo un pablorromero de 555 kilos. Y la lucha, la vida de torero, el aguafuerte de la luz, la sangre, la gloria y el infierno, las dudas, las certezas y las medallas y las cicatrices en la piel y en el alma. 

De todos estos méritos; del calor de su gente, partidarios y amigos, podrá disfrutar Luis Parra el próximo miércoles en el homenaje que Jerez le rendirá en la bodega González Byass. Yo por mi parte, honrado con su afecto y sus conocimientos, de aquí le brindo el mío. 

¡Enhorabuena, maestro!




Alternativa: El 1 de mayo de 1964, en Jerez, de manos de Miguel Báez Espuny ”Litri”, que le cedió la muerte del toro “Insensato”, de Bohórquez, en presencia del mexicano Joselito Huerta.

Fotografía en la plaza de toros del Puerto de santa Mª. 2013




 
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